Sé lo frustrante que puede resultar el pasar años estudiando, acumulando conocimientos técnicos sobre cultivos, suelos o plagas y, aun así, sentir que no avanzas en tu carrera laboral. Incluso tal vez notes que compañeros con menos experiencia que tú reciben más reconocimiento, más oportunidades o incluso mejores sueldos.
En el ámbito agrícola, esto es más común de lo que parece. He visto a ingenieros agrónomos con un dominio admirable de su especialidad, pero que son invisibles para sus jefes o clientes. Y no es porque hagan mal su trabajo, sino porque no transmiten el valor real de lo que aportan.
Por ello, la habilidad que quiero compartir contigo hoy es la de comunicar resultados de forma clara y relevante. Ojo, que no me refiero a presentar un informe extenso y cargado de datos técnicos, sino a exponer tu trabajo de manera que conecte con lo que tu jefe, equipo o cliente considera importante.
Porque cuando logras traducir tu conocimiento técnico a un lenguaje que cualquiera pueda entender te vuelves visible, y para esto tienes que enfocarte en los beneficios concretos que generas. No se trata de decir lo que hiciste, sino de contar el impacto de lo que hiciste.
La diferencia es sencilla: no hables de las tareas que llevaste a cabo, sino de los resultados que generaste. En el agro, un sector donde las decisiones suelen ser rápidas y prácticas, esta capacidad marca la diferencia.
Por ejemplo, no es lo mismo decir: “Implementamos un plan de fertilización nitrogenada con liberación controlada” que afirmar: “Logramos que el cultivo creciera de forma más uniforme y aumentara el rendimiento un 12% en 3 meses”. En el segundo caso, cualquier persona comprende el impacto real de lo que hiciste sin necesidad de ser experta en fertilizantes.
Este cambio en tu comunicación es eficaz porque transforma la percepción que los demás tienen de ti: pasas de ser “alguien que sabe mucho” a ser “alguien que genera resultados valiosos”.
Para empezar a aplicar esta habilidad te propongo dos pasos simples:
- Identifica el impacto de tu trabajo. Piensa en tu última tarea o proyecto y responde qué beneficio concreto aportó. Puede ser ahorro de tiempo, reducción de costos, aumento de rendimiento o mejora de calidad. Luego escríbelo en una frase breve y directa, que será la que comunicarás.
- Adapta tu lenguaje. La próxima vez que informes un avance o resultado, elimina el exceso de tecnicismos y utiliza ejemplos o comparaciones fáciles de comprender. Recuerda: se trata de hacer visible lo que lograste, antes que lo que hiciste.
Si quieres que jefes, compañeros de trabajo y clientes perciban tu valor de inmediato, entonces cada que hables sobre tu trabajo, debes hacerlo de esta manera. Es una forma de mostrar tu impacto que solo se vuelve natural con la práctica.
Entonces, empieza hoy mismo: elige una actividad o proyecto reciente, luego expresa con claridad cuál fue el resultado que generaste y cuéntalo a otros.
De hecho, esta es la forma más natural de comunicar… ¿Quién en su sano juicio diría algo como “para este proyecto envié 50 correos y asistí a 20 reuniones”? Sí, el proceso es importante, pero a las personas solo les interesa el resultado.