Con esta guía obtendrás las bases para adaptarte a un entorno profesional en constante cambio, mediante la capacidad de aprender de forma autónoma.
Porque sí, puedes aprender casi cualquier cosa que te propongas, pero necesitas una estructura que te permita hacerlo.
Por eso es que quiero compartirte mis claves sobre el aprendizaje rápido, estructuradas de forma clara. Ojalá alguien me las hubiera compartido cuando ingresé al mundo laboral, porque me hubiera ahorrado una gran cantidad de tiempo, dinero y energía.
Eso sí, no esperes soluciones mágicas. Lo que te comparto es fruto de 15 años de experiencia laboral y mi principal objetivo es que reflexiones bastante sobre lo que implica aprender rápido.
Si estás buscando llegar a los resultados sin pasar por el proceso, quizá esta guía no es para ti, porque aquí no hay hacks o trucos.
Creo firmemente que la magia que a veces tanto buscamos radica en el proceso, en realizar iteraciones y aprender de nuestros errores, porque es cuando de verdad asimilamos el aprendizaje.
Y como en una carrera, antes debes prepararte para correr a toda velocidad y sin descanso. Esta guía pretende enseñarte los preparativos previos que debes hacer para aprender rápido.
Tienes que conocer el juego que estás jugando para dominarlo.
Los impulsores del aprendizaje
Antes de compartirte mis mejores enseñanzas sobre el aprendizaje rápido, primero debo mencionarte cuáles son los factores que te permitirán adquirir nuevos conocimientos y desarrollar nuevas habilidades.
Créeme, lanzarte a aprender sobre cualquier nuevo tema, sin antes reflexionar dichos factores, hará que pierdas algo o mucho de tu valioso tiempo.
Te lo digo por experiencia, porque durante años quise aprender diversos temas y siempre llegaba al mismo punto de frustración, al sentir que por más dinero, tiempo y energía que le dedicara no lograba aprender al ritmo que necesitaba. Quería correr antes de caminar.
Hay 5 grandes impulsores del aprendizaje; veamos cada uno de ellos.
Necesidad de saber
Debe existir una necesidad latente y lo suficientemente potente como para que impulse a aprender. El aprendizaje por el puro gusto de aprender es muy bonito, pero al no tener un factor de presión el proceso se vuelve lento. Si quieres aprender rápido debes identificar tu mayor necesidad y agarrarte a ella como si no hubiera mañana.
Cuando era soltero podía darme el lujo de brincar de un tema a otro sin aprender realmente nada relevante; hasta cierto punto acepto que desperdicié tiempo valioso, pero como no tenía una gran necesidad personal entonces mi necesidad de aprender rápido era mínima. Además, no tuve quien me abriera los ojos.
Fue cuando me casé y tuve una hija que adquirí la responsabilidad de proveer sustento para mi familia, y en ese momento todo cambió. Supe que mi época de disqué “aprender” había terminado.
Ya no podía darme el lujo de comprar un curso interminable, de lecciones infinitas, porque así no iba a aprender rápido.
Quizá lo más interesante de todo es que, ahora que tenía la necesidad de aprender muchas cosas de forma rápida, para ganar más dinero, era cuando menos tiempo tenía para hacerlo. ¡Que cosas tiene la vida y vaya lecciones nos da!
Te digo esto porque, si no tienes un factor de presión, tu necesidad de aprender será mínima, y francamente será difícil que adquieras nuevas habilidades sino tienes un sentido de urgencia. Porque si tienes presión, eso hace que vayas directo al grano.
Motivación para aprender
Desafortunadamente no basta con tener una enorme necesidad, sino que también debes estar motivado. En muchos casos, entre los que me incluyo, el mayor factor de presión que tenemos detrás también es nuestro mayor motivador (bienestar familiar).
Sin embargo, para muchas personas no ocurre así. Un amigo de toda la vida fue despedido de su trabajo, y aunque no tenía responsabilidades familiares, sabía que debía encontrar un nuevo trabajo para costear su estilo de vida.
El problema es que no tenía un motivador potente; es decir, sabía que debía conseguir otro trabajo, pero esto por sí solo no lo motivaba a aprender nuevas cosas. De hecho, el trabajo del que lo despidieron lo tenía sumido en una inmensa zona de comodidad, de la cual tardó cerca de un año en salir.
Tu motivador puede ser tu pareja y/o tus hijos, puede ser ayudar a tus padres o incluso podría ser el ganar más que tus amigos. No me importa cual sea, pero debes tener cuando menos un motivador potente, muy potente.
Recuerda: La potencia de tus motivos determinará el alcance de tus logros. No por nada muchas de las grandes historias de éxito que todos conocemos se empezaron a escribir cuando los protagonistas de dichas historias estaban en situaciones difíciles.
Tener por lo menos un motivo potente acelera de forma impresionante el aprendizaje, porque evita que procrastines y permite un enfoque total.
Disposición para aprender
Hay personas que con tener una necesidad y un motivador les basta para estar dispuestos a aprender, pero también hay personas que tienen barreras internas para el aprendizaje, es decir, que no están tan dispuestas.
La disposición para aprender implica tener una mentalidad y una actitud que te permita adquirir nuevos conocimientos y habilidades. Se dice muy fácil, pero cuando hablamos de nuestra mente la cosa se complica. Si tu diálogo interno es negativo, por ejemplo, si estás convencido de que aprender cosas nuevas no es para ti, entonces estás en lo correcto y nadie más que tú puede cambiar ese pensamiento.
¿Cómo puedes tener disposición para aprender? Requieres 2 cosas: apertura y curiosidad, sin las cuáles tú mismo te estás limitando en temas de aprendizaje.
La apertura se da cuando aceptas que no lo sabes todo y tienes la humildad de aprender de otras personas. La curiosidad se da cuando actúas como si no supieras nada de nada.
Y quizá más importante aún: necesitas salir de tu zona de comodidad, necesitas tener la voluntad de enfrentar desafíos y necesitas adaptarte a los cambios. Cada una de estas cuestiones, por sí sola, representa un inmenso reto, te lo aseguro.
Recuperación de la experiencia
Tus experiencias personales y laborales son valiosas, solo que rara vez te detienes a apreciar dicho valor. Al aprender una habilidad nueva, especialmente si necesitas aprenderla rápido, debes tener en cuenta tus experiencias.
Muchas veces al aprender una nueva habilidad tendrás que partir de cero, pero en otras ocasiones ya tendrás experiencias previas que te permitirán hacerlo rápidamente.
Por ejemplo, si mañana decidiera vivir de la música, entonces podría aprender a tocar un instrumento musical, pero dudo que mi aprendizaje fuera rápido. No tengo alguna experiencia previa en esa área, nadie en mi familia es músico y nadie cercano a mi toca un instrumento. Te aseguro que tendría que empezar de cero.
¿Podría llegar a vivir de la música? Claro, con esfuerzo y constancia en algún momento lo lograría (al menos llegar a ganar un sueldo mínimo), pero partir desde cero no me permitiría generar un ingreso rápidamente.
Sin embargo, si cambio en lugar de música elijo oratoria, ahí sí podría aprender lo que requiero de forma rápida, porque ya tengo unas bases de comunicación y porque incluso he realizado presentaciones de oratoria de forma amateur. En otras palabras, no estaría empezando de cero.
Lo mismo ocurre contigo. Debes tener claridad con tus expectativas, porque si esperas aprender algo rápido y no lo logras, será un revés que te hará dudar de ti, cuando en realidad fue que no tenías claridad sobre tus alcances.
Pero a menos que quieras aprender algo completamente radical para ti, en lo que nunca has metido ni el dedo chiquito del pie, ten por seguro que tienes ciertas experiencias que te pueden servir como base, solo es cuestión de que empieces a unir los puntos.
Aplicación práctica en la vida real
Para aprender una nueva habilidad rápidamente tienes que poder ponerla en práctica en tu día a día. De hecho, mientras más rápido quieras aprenderla más práctica debes tener.
Seguramente te suena este caso: compañeros de trabajo que, a pesar de estudiar inglés un año tras otro, no hablan ese idioma ni en lo más mínimo. Es lógico, si no lo practican no hay forma de que lo dominen, aunque sea a un nivel básico.
Cuando estás aprendiendo una nueva habilidad y esta la pones en práctica de forma constante, entonces estás haciendo una transferencia de conocimientos: la teoría que has aprendido la conviertes en conocimientos prácticos o aplicados, que desde el punto de vista profesional tienen mayor valor.
No seas el “genio de la servilleta”. Tengo un amigo al que en mi círculo de amistades le apodamos así. Esta persona puede estructurarte el plan más impresionante de marketing digital en solo una servilleta, porque sus conocimientos teóricos son impresionantes, pero no tiene la habilidad de aterrizar eso a la realidad. Tanta teoría en una sola cabeza sin lograr monetizarla.
No necesitas tener estos cinco impulsores del aprendizaje al mismo tiempo; incluso con que tengas solo uno puedes aprender nuevas habilidades laborales rápidamente. Sin embargo, encontrarás que normalmente no puedes separar uno de otro, porque se complementan tan bien que en la mayoría de las ocasiones están tan ligados que no los puedes diferenciar.
Mi framework del aprendizaje
Un framework es un conjunto estructurado de reglas, conceptos y procesos que se utilizan para abordar o resolver un problema específico de manera organizada.
Cuando te hablo de “mi framework“, básicamente te estoy hablando de mi estructura de claves, en este caso, para aprender nuevas habilidades laborales rápidamente.
A lo largo de los años he tenido que aprender nuevas habilidades laborales de forma frecuente; de hecho, soy autodidacta en prácticamente todo lo relacionado con marketing digital, porque no estudié nada relacionado en la escuela, siendo que ahora es la parte central de mi quehacer profesional, por lo que conozco bien lo que implica aprender rápido.
Las claves que te voy a explicar a continuación son las que me han permitido aprender de forma rápida ciertas habilidades que me han permitido construir un perfil profesional sólido, tanto desde la parte técnica como desde la parte humana (hard & soft skills).
Lo que vamos a revisar a continuación es:
- Domina los conceptos básicos.
- Crea una estructura para tener un mapa.
- Explora diversas perspectivas.
- Enfócate en temas, no en personas.
- Elige tu medio ideal de aprendizaje.
- Evita llegar al punto de dispersión.
- Busca quienes ya resolvieron tus problemas.
Si implementas estas 7 cuestiones te garantizo que acelerarás tus procesos de aprendizaje. Lo sé porque lo experimento todos los días.
Como creador de contenido para la industria en la que me desarrollo no pasa un día en el que no tenga que aprender algún tema nuevo, al grado de poder comunicarlo como si tuviera años de experiencia.
Es momento de revisar cada clave…
1. Domina los conceptos básicos
Cualquier habilidad laboral que quieras aprender rápidamente tiene unos conceptos básicos, te lo aseguro; dedícale el tiempo que sea necesario a aprender esos conceptos.
Sé que te va a parecer una pérdida de tiempo, pero perderás más tiempo después si no los dominas ahora. Si eres impaciente querrás brincar a la acción ya; lo sé porque yo también soy del tipo impaciente, pero esto puede hacer que empieces por la Z en lugar de por la A, y entonces habrá cosas que no tienen el más mínimo sentido para ti.
No necesitas devorarte los 3 mejores libros que explican los conceptos básicos de la habilidad que quieres aprender, pero si necesitas entender por completo esas 5-10 bases sin las cuales te sería imposible entender todo.
Ahora con herramientas de inteligencia artificial esto se ha vuelto muy sencillo. Puedes preguntarle a ChatGPT cuáles son esos conceptos fundamentales para aprender una determinada habilidad. Algo así:
“Quiero aprender la habilidad laboral X, porque podría representar una enorme diferencia en mi carrera profesional; sin embargo, quiero aprender dicha habilidad lo más rápido posible. ¿Cuáles son los conceptos teóricos básicos que debo comprender y que por nada del mundo puedo pasar por alto? Dame tu mejor explicación de la forma más clara y concisa posible.”
¡Y pum! Ahí tienes una idea de eso que es tan básico que no debes pasar por alto nunca. Y lo mejor de este tipo de herramientas es que puedes pedirle que te explique con más detalle cada concepto dado.
No cometas el error en el que caí tantas veces, de creer que no necesitaba los conceptos básicos y “saltármelos”. Ojo, no se trata de memorizarlos, sino de interiorizarlos (que los puedas explicar con tus propias palabras).
Si te brincas los básicos pasan dos cosas principalmente:
- La primera es que no puedes avanzar al ritmo que te gustaría, porque hay espacios vacíos en tu mente. Para llenar esos espacios haces suposiciones que pueden ser incorrectas, con lo que tu aprendizaje se ve perjudicado en mayor o menor medida.
- La segunda es que cuando ya quieres revisar temas avanzados tienes que regresarte a consultar lo básico para comprenderlos, lo que hace que tengas que dedicarle más tiempo. Nunca es negativo regresar a lo básico, pero no esperes aprender una habilidad rápido si tienes que estarlo haciendo de forma constante.
Por lo tanto, si no dominas los conceptos básicos no hay aprendizaje rápido. Primero amarra tus agujetas bien antes de correr los 100 metros planos.
Es posible que te desesperes al estudiar las bases de una habilidad, porque sentirás que no estás avanzando. Yo siempre me sentía atrapado en la teoría básica, porque quería entrarle de lleno a la acción, pero cuando era la hora de hacer, el no haber aprendido las bases me detenía de golpe y mi ímpetu se terminaba.
Fue realmente cuando le di la debida importancia a aprender los conceptos básicos que empecé a aprender más rápido; porque cuando dominas las bases entonces despegas como un cohete.
Te invito a que crees una lista con los 5-10 conceptos más importantes de esa habilidad que quieres aprender, pero no copies y pegues definiciones que encuentres en internet; cuando digo crear me refiero a que los expliques con tus propias palabras, verás que de esa manera los entenderás mucho mejor.
La ventaja de hacerlo así es que esos conceptos se mantendrán estables con el tiempo, por lo que esa lista te servirá como documento de referencia rápida en el futuro. Es rara el área del conocimiento en la cual los conceptos básicos cambian.
De esta manera, conforme vayas avanzando en un tema o habilidad evitarás tener que regresar a lo básico a cada momento, porque ya habrás comprendido las bases.
2. Crea una estructura para tener un mapa
Seguramente a esta altura de tu vida ya sabes que en la escuela no te enseñan muchas cosas que necesitas en la vida para ser exitoso(a). De hecho, por esta razón hay quienes minimizan la importancia de la educación formal.
Pero la escuela te da algo que necesitas en tu faceta laboral: estructura.
No tengo duda de que muchos planes de estudio están desfasados de la realidad, incluso por décadas, pero el hecho de que te enseñen ciertas materias en un determinado orden hace que adquieras las bases de un perfil profesional, para que consigas un trabajo.
Estoy convencido de que, hasta cierto punto y con sus debidos matices, plataformas como YouTube pueden ser una mejor escuela para las personas, porque la cantidad y la diversidad de información que contienen es algo que no deja de impresionarme.
Claro, sé que nunca te dejarías operar por un doctor que estudió en YouTube, o no dejarías que un pediatra que estudió en YouTube atendiera a tus hijos. Salvo excepciones de este tipo, YouTube puede potenciar a casi todos.
El único detalle es que si quieres aprender con este tipo de plataformas nadie te da una estructura a seguir, por lo que lo más probable es que termines perdido(a) entre tanto contenido. Es decir, sin una estructura el abismo de información te termina devorando y las probabilidades de terminar viendo entretenimiento son altas.
Por esta razón en un inicio odié YouTube, porque me representaba una inmensa pérdida de tiempo cada que entraba; hasta que alguien me enseñó como usar realmente la información disponible en internet: hay que crear una estructura básica de lo que quieres aprender, sino puedes ver cientos de videos en un día y no aprender nada, porque tu atención se dispersa.
Para crear una estructura debes hacer 3 cosas:
- Clarificar el tema o la habilidad que quieres aprender.
- Desarrollar un temario resumido de subtemas.
- Tener una forma de tomar apuntes.
De estas cuestiones la más difícil siempre es la de crear un temario, pero es donde radica la clave de todo.
Aquí no me refiero a desarrollar uno de esos temarios interminables que te presentan al inicio de cursos en la escuela. Me refiero a tener una guía de puntos que quieres/debes aprender, y la forma más fácil de hacer esto es mediante preguntas, porque las preguntas nos resultan muy naturales.
Te pongo un ejemplo. Yo quiero aprender a desarrollar embudos de ventas, porque es una habilidad que me sumaría mucho. Pues bien, para desarrollar mi “temario” necesito enlistar una serie de preguntas para las que necesito respuestas:
- ¿Qué es exactamente un embudo de ventas?
- ¿Cómo funciona un embudo de ventas?
- ¿Qué tipos de embudos de ventas existen?
- ¿Cómo estructuro un embudo de ventas básico?
- ¿Cuáles son los errores al crear embudos de ventas?
- ¿Qué herramientas necesito para crear un embudo de ventas?
- ¿Quiénes son los mejores haciendo embudos de ventas?
- ¿Cuál sería un ejemplo real de un embudo de ventas?
- ¿Qué alternativas existen a los embudos de ventas?
- ¿Qué métricas debe tener mi embudo de ventas?
Listo, diez preguntas que me sirven para darle estructura a este tema. Estoy seguro de que cuando obtenga respuestas a estas preguntas voy a tener la información necesaria para desarrollar mi propio embudo de ventas. No seré un experto, pero me defenderé.
¿Qué habilidad quieres desarrollar tú? Te invito a que hagas una lista de preguntas que debes resolver sobre esa habilidad. De esta manera ya tienes algo a lo que agarrarte cuando la caja de pandora que es internet te empiece a succionar.
Tu misión es darles respuesta a esas preguntas.
3. Explora diversas perspectivas
Tu perspectiva sobre las cosas que te rodean es única y diferente a la de los demás. Para muchas cuestiones tu perspectiva es más que suficiente, pero para otras se queda corta. Y cuando hablamos de aprender rápido entonces necesitas conocer otras perspectivas.
En este sentido, adquirir una nueva perspectiva es muy poco, porque necesitas mayor variedad; pero cinco perspectivas son demasiadas y te llevan a una confusión total. He encontrado que acceder a tres perspectivas diferentes sobre un mismo tema o habilidad es lo más adecuado, porque tu mente las puede manejar fácilmente.
Esta es una de las grandes ventajas del aprendizaje digital por sobre la enseñanza formal. En la escuela cada clase te la imparte un solo profesor, y por tanto, solo adquieres su perspectiva sobre ese tema. Esa perspectiva podría quedarse corta o incluso ser errónea, pero no lo sabes en ese momento.
Al querer aprender una nueva habilidad laboral basta buscar un poco en internet para encontrar decenas de personas que enseñan lo que tú quieres aprender, cada una con su perspectiva propia.
Te recomiendo que realices una exploración inicial, es decir, que consumas contenidos cortos de diversas personas (que no te requieran mucho tiempo), para que después decidas con cuáles conectas mejor. Esto para qué conozcas sus perspectivas y las asimiles más fácilmente, con lo cual enriquezcas tu propia perspectiva.
En este punto debes ser consciente de que con las personas que conectas más fácilmente tenderán a ver el mundo de forma similar a como tú lo ves; es un buen punto de partida.
Después verás cómo la misma necesidad te llevará a darles una oportunidad a personas que en un inicio te causaron reacciones adversas, lo que te ayudará a salir de tu zona de comodidad. Pronto descubrirás que puedes aprender más de aquellas personas que por cualquier razón no son de tu total agrado.
Verás cómo son grandes maestros.
Es curioso, pero no aprendemos mucho de la gente que nos es más cercana, porque de algún modo sabemos lo que ellos saben, así que, irónicamente, adquirimos más información nueva de desconocidos y extraños que de quienes son más próximos. Aquí radica un secreto probado para aprender rápido.
Te comento todo esto porque partimos del punto de que tu perspectiva tiene limitantes, y que conociendo e integrando las perspectivas de otros puedes ampliar la tuya propia.
Claro, si hay un tema o habilidad que dominas, en la que te puedes considerar “el experto” o “la experta”, ya cuentas con una perspectiva potente, pero aquí estamos hablando de adquirir habilidades que te resultan nuevas en algún sentido.
Hay un ejercicio de autodebate que me gusta mucho hacer, porque me permite definir puntos a favor y en contra para un determinado tema.
Se trata de un ejercicio básico que realizan los mejores oradores del mundo, porque les permite posicionarse en los extremos de sus respectivos temas. Aunque tradicionalmente requiere de mucha reflexión tú puedes realizarlo de forma fácil con el uso de herramientas de inteligencia artificial.
Dale la siguiente instrucción a ChatGPT: “Actualmente me encuentro en un proceso de aprendizaje para dominar la habilidad X. Necesito que me ayudes a obtener perspectiva mediante la técnica de posicionamientos extremos, es decir, requiero una lista de cinco puntos a favor y de cinco puntos en contra, de forma tal que pueda contrastar ventajas contra desventajas; cada punto explícalo brevemente”.
Haz la prueba y verás cómo obtienes dos visiones completamente opuestas sobre una misma habilidad. La primera será extremadamente positiva y la segunda será extremadamente negativa. Ahora puedes ampliar tu perspectiva.
Es un ejercicio muy sencillo, pero muy potente, que puedes aplicar a cualquier nueva habilidad que quieras aprender. Así tendrás una visión global de un tema.
4. Enfócate en temas, no en personas
Si quieres aprender rápido entonces la prioridad es el tema. No importa si para aprenderlo debes recurrir a dos personas, a diez o a cincuenta. De hecho, es raro que una sola persona te pueda enseñar todo lo que necesitas.
Se dice fácil, pero fue mi mayor error de todos durante años. Yo soy muy propenso a seguir personas, es decir, si alguien ofrece información sobre un tema que me interesa entonces sigo a esa persona en todo lo que hace. Esto per se no está mal, pero me di cuenta que te encierras en una burbuja porque te atas al maestro.
Al seguir personas puedes aprender mucho en un inicio, porque casi todo lo que te cuentan te resulta novedoso, pero llega un momento en el que te estancas, siendo el problema que no te das cuenta de ello. En este momento debes pasar del maestro al tema.
Por experiencia propia sé que es muy cómodo seguir a personas específicas, porque te familiarizas con ellas y se vuelven parte de tu cotidianidad.
Para un aprendizaje constante esto resulta genial, porque mejoras conforme vas sumando conocimientos sobre el tema o los temas que esas personas comparten, pero de cara a aprender rápido nada mejor que exponerse a diversos maestros, incluso aquellos que te generan cierta fricción o que no te convencen.
Piensa una habilidad laboral que quieras aprender en este momento y haz una búsqueda rápida en YouTube. Por lo menos en el vistazo inicial podrás ver una docena de personas distintas de las que puedes aprender. Tan solo con ver la portada del video ya me puedes decir quién te convence.
Por ejemplo, busqué “cómo trabajar de manera colaborativa” e identifiqué cinco personas cuyos videos me llamaron la atención.
Estoy seguro de que ver esos cinco videos me dará una visión inicial más completa sobre ese tema, en comparación con ver cinco videos de una sola de esas personas.
Incluso es posible que algunas de esas personas se contradigan entre sí, lo que te deja la tarea de que seas tú quien decida cuál es la perspectiva adecuada.
Sigue personas, pero no te cases con ellas. En el momento en que alguna ya no te enseñe lo que necesitas, es hora de hacer una búsqueda para encontrar nuevos maestros, porque lo importante es el tema. El tema siempre va primero.
¿Por qué hago mucho énfasis en este punto?
Porque hay una diferencia significativa entre seguir temas y seguir personas. Esto no lo pude descubrir por mi mismo, sino que un amigo experto en pedagogía me lo hizo ver en una de nuestras charlas:
- Cuando te enfocas en personas tu aprendizaje es pasivo, dado que no tienes que hacer nada más que esperar a que suban nuevos contenidos. Te vuelves en un consumidor de información y rápidamente te instalas en tu zona de comodidad.
- En cambio, cuando te enfocas en temas tu aprendizaje es activo, porque te mantienes en la búsqueda de información para ampliar esos temas, ya sea mediante nuevos maestros o incluso a través de distintos formatos. En otras palabras: tú eres quien va y busca la información, en lugar de esperar que la información te llegue.
Cualquiera de las dos formas te sirve para aprender y no deberías descartar la primera. Pero para aprender a gran velocidad solo la segunda opción te da resultados.
Aprender rápido requiere comportamientos activos.
¿Cómo estaría una persona que su última esperanza es conseguir empleo como recepcionista, y que para lograrlo debe superar una prueba de atención a clientes vía telefónica? Estaría activamente aprendiendo esa habilidad y no estaría esperando a que un creador de contenidos suba un nuevo video.
Esa misma actitud activa es la que necesitas para aprender rápido.
5. Elige tu medio ideal de aprendizaje
Hasta ahora te he mencionado mucho YouTube, porque el video es el medio de aprendizaje que prefiere la mayoría de las personas (por eso su auge).
Curiosamente no es mi medio favorito de aprendizaje, porque para mí los podcasts me permiten aprender a un ritmo mayor, dado que no requieren que esté sentando viendo la pantalla. Escucho podcasts cuando hago ejercicio en casa, cuando salgo a caminar o en la bicicleta, cuando voy manejando, etc.
Para darte una idea… 50% escucho podcasts, 30% leo libros y 20% veo videos. Estos son mis medios de aprendizaje. Ojo, aquí solo hablo de medios digitales: por supuesto también aprendo de otras personas, ya sea mediante reuniones presenciales o virtuales, o asisto a eventos de mi sector.
Entonces, lo importante es que tú definas cuáles medios facilitan tu aprendizaje. Y de hecho no deberías quedarte solo con uno.
Puedo afirmarte que combinar medios te ayudará a reforzar los conocimientos adquiridos. Al final de esta guía vamos a revisar la pirámide del aprendizaje de Edgar Dale, que nos indica cuáles son las distintas formas en las que podemos aprender y con cuanto del aprendizaje nos quedamos. Si quieres aprender rápido tienes que conocerla.
Te digo esto porque es muy común que quieras emular lo que otros hacen, y con otros me refiero a personas famosas e influencers. Créeme, la forma en la que ellos aprenden no necesariamente es la misma forma en la que tú aprendes; debes ser precavido(a). Podrían querer venderte el método para aprender cualquier cosa en tres días, y no dudo que sea información bien trabajada, pero es muy probable que no se ajuste a tus necesidades.
Incluso podría pasarte que gente cercana trate de convencerte de aprender de cierta manera. Por ejemplo, si tienes un amigo cercano que lee mucho, quizá ya estás un poco harto(a) de que trate de convencerte que tienes que leer tal o cual libro.
Es un gran error querer aprender con los métodos de otros.
Si lo tuyo son videos, aprende con videos; si lo tuyo son audios, aprende con podcasts o audiolibros; si lo tuyo son textos, aprende con libros, ebooks, revistas, artículos, boletines, etc. Claro, tampoco te cierres a explorar.
Cada cierto tiempo dale una oportunidad a un medio de aprendizaje nuevo, más si quieres aprender rápido, por lo que es una gran idea combinar y complementar por lo menos dos medios distintos.
Y tu elección no depende solo de tus gustos, sino también de tus necesidades. Si pasas mucho tiempo en carretera entonces tienes la oportunidad de escuchar audios, pero tus posibilidades con el video se restringen. O si usas el transporte público quizá no te concentres para leer, pero si para ver videos.
Ojo con algo importante: No se trata únicamente de cómo te gusta aprender, sino de cómo aprendes realmente.
Hay algo que en lo personal me funciona más que libros, podcasts y videos juntos: investigar en Google y realizar esquemas explicativos en mi libreta. De esta forma aprendo más que de ninguna otra, porque es una forma muy activa de aprender; pero claro, no siempre puedo estar sentado en mi escritorio de trabajo haciéndolo.
Por esta razón complemento con medios digitales que me permiten aprender mientras hago otras actividades. Porque para aprender rápido cualquier momento libre vale.
Un compañero de trabajo veía seminarios completos en YouTube mientras caminaba y corría en la máquina del gimnasio al que íbamos. Una amiga se anotó en un grupo donde cada día les mandaban audios de una hora vía WhastApp y los escuchaba al manejar de ida y vuelta al trabajo. Un jefe que tuve buscaba llamarles a personas que le podían explicar ciertos temas mientras comía. Como vez, todo vale, siempre y cuando te acomode bien.
6. Evita llegar al punto de dispersión
La información que hay en internet es, a términos prácticos, infinita. Podrías dedicarle un año completa a estudiar una determinada habilidad laboral y no verás ni el 1% de toda la información que hay disponible sobre ese tema. Es posible que cada segundo se cree más contenido del que puedes revisar en toda tu vida.
Ante tal situación lo mejor que puedes hacer es ponerte fechas límite. Especialmente si quieres aprender una nueva habilidad laboral las fechas límite te van a evitar meterte en el lodo y que luego no puedas salir.
Uno de mis amigos es un verdadero genio, incluso entra ligeramente en el espectro autista; posiblemente es la persona más inteligente que conozco en temas digitales, solo que es incapaz de aterrizar nada. Siempre siente que le falta aprender más. La parálisis por análisis lo tiene sumergido en el fango y es tan disperso que es imposible platicar con él de un solo tema.
Yo soy mucho menos inteligente que mi amigo en temas digitales, pero implemento proyectos como si fueran palomitas, uno tras otro. No siempre fui así, porque yo también tuve mi época en la que le daba mil vueltas a todo y terminaba por no hacer nada. La dispersión se apoderaba de mí.
Hasta que un día dije basta y empecé a hacer cosas, aun cuando no fueran o estuvieran perfectas, y entonces me di cuenta que vas a quedar a deber en cualquier cuestión que comiences a hacer. No hay otra manera.
Empecé un blog y lo hice lo mejor que pude, pero ahora miro atrás mis primeros artículos y me sorprendo de lo malos que eran. Empecé un podcast y lo mismo, me duele escuchar uno de mis primeros audios, porque literalmente suenan mal. Y así con muchos otros proyectos en los que siempre lo primero que hago deja mucho que desear.
Pero no me arrepiento de nada, porque si no hubiera empezado entonces no sería ahora el experto que soy en esas cuestiones. Sé que las hice lo mejor posible y que si veo sus deficiencias es porque he avanzado y actualmente estoy muchos pasos por delante.
Entonces, evita la dispersión y ponte una fecha límite para empezar a aprender y practicar esa nueva habilidad que quieres desarrollar. ¿Si no te forzas tú, quién?
No importa cuánto la practiques o ensayes, las primeras veces te va a salir mal, vas a quedar a deberte y vas a quedar a deber a otros, incluso vas a querer no hacerla nunca más. Nueve de cada diez personas abandonan cuando las inunda un sentimiento así, porque no es fácil ver tus carencias. No seas del promedio y sigue adelante.
Todo experto fue en algún momento un novato, y todo novato lo único que tiene que hacer para llegar a ser un experto es no darse por vencido.
Ojo, te adelanto que te van a criticar, en todo momento. La gente que te rodea no sabe lo que implica hacer lo que estás haciendo, no es consciente de que estás haciendo lo mejor que puedes con lo que tienes.
Qué bonito sería que todo el mundo te impulsara, pero no será así y eso no te tiene, ni que importarte ni que detenerte.
Elige un tema o habilidad, si es que no la tienes ya, y propón en un mes aprender todo lo que puedas al respecto, y después de ese mes prioriza el poner en práctica lo aprendido. Un mes es tiempo más que suficiente para ver un resultado.
Si crees que no estás listo(a) y decides darle otro mes al estudio, estás procrastinando, porque después le darás otro y luego otro.
¿Conoces alguna persona que tiene una gran idea en mente desde hace años y nunca termina por aterrizarla? Bueno, no seas como esa persona, porque esa persona lo que tiene es miedo al fracaso y a la crítica.
La dispersión es uno de los grandes enemigos del aprendizaje. Te impide enfocar tu mente en una cosa. Si no tienes una necesidad inmediata crea una al establecer una fecha límite. Te preocupas exceso por no quedarle mal a los demás, ni modo que te vayas a fallar a ti mismo(a).
7. Busca quienes ya resolvieron tu problema
Si tienes una necesidad inminente es probable que sepas que debes adquirir nuevos conocimientos y/o aprender nuevas habilidades, es decir, tienes problemas que necesitan ser solucionados.
Y si estás interesado(a) en el aprendizaje rápido es porque sabes que tienes que actuar ya, pero no dejes que la urgencia te ciegue.
Lo interesante de la urgencia es que cuando tenemos un problema que requiere una solución rápida nos encerramos en nuestra cabeza, como si fuéramos las únicas personas en el mundo que tienen esa necesidad, y pues no, resulta que hay muchas personas en este mismo momento que tienen tú mismo problema y necesitan una solución.
Más importante aún, hay personas que ya pasaron por esa misma situación y que ya encontraron la forma de resolver el problema que tienes en estos mismos momentos.
Muchas de estas personas han estructurado su solución y la han puesto a la venta, en forma de un libro, curso, guía, etc. De hecho, esta guía es un ejemplo de lo que te estoy comentando: he pasado por varios momentos en mi vida en los que era aprender o morir, de una forma metafórica, por lo que tuve que dejarme de cosas y aprender.
Claro, aquí tú debes valorar… Acceder a la solución que alguien ya descifró cuesta, pero si quieres aprender desde cero cómo solucionar tu problema, también cuesta. En el primer caso necesitas dinero, para el segundo necesitas tiempo. Si tienes más dinero o más tiempo en estos momentos de tu vida, eso solo lo sabes tú.
Yo era un cabeza dura para muchas cosas (lo sigo siendo para algunas), por lo que durante mucho tiempo me parecía inconcebible pagarle a alguien más para que me enseñara a resolver mis problemas específicos.
Para serte honesto, hasta cierto punto me sentía único, cómo si ese problema que afrontaba nadie más podía tenerlo.
¡Oh sorpresa! Llegó el momento que me di cuenta que mis problemas son problemas comunes que muchas otras personas han tenido y resuelto.
Entonces comprendí que, una forma de avanzar más rápido es entregar dinero a cambio de soluciones. Acepté que no tenía que solucionar todo desde cero, porque cuando uno va cumpliendo años se va percatando de que el tiempo se va acabando. Suena drástico, pero es un hecho. Dinero puedes generar, tiempo jamás. Y quiero soluciones.
Tuve la oportunidad de conversar con la directora de marketing de una empresa dentro de mi sector. Lo que más recuerdo de esa conversación fue que me dijo que le salía más caro el aprendizaje gratuito que el aprendizaje pagado.
Suena paradójico, ¿no? Lo que me explicó fue que al tomar cursos gratuitos no había nadie detrás para responder sus dudas en tiempo y forma, mientras que al pagar un curso sabía que podía realizar consultas. Me dijo que este solo factor había marcado una gran diferencia en su carrera laboral, porque ella lo que quería, incluso más que acceder a los cursos, era platicar con los expertos detrás de ellos.
Pero no es que tú tengas que pagar por todo. Incluso en tu círculo cercano estoy seguro que hay quienes ya resolvieron ciertos problemas que tienes, lo único que necesitas es acercarte a esas personas con la humildad de preguntarles y aprender. Te lo digo fácil, pero tú mejor que nadie sabes que cuesta.
Un gran amigo fue padre un año antes que yo, por lo que recurrí a él para acelerar mi curva de aprendizaje, y vaya que él y su esposa nos ayudaron mucho a mi esposa y a mí. Nos dieron aprendizajes digeridos.
Y en temas laborales he aplicado la misma. Tuve un compañero de trabajo que le apodaban “señor Excel”, porque todo lo quería resolver con una hoja de cálculo, dado que era muy bueno en ello. Pues bien, durante un par de años le pedí toda la ayuda posible y eso me llevó a tener un gran dominio de ese software.
Si otros ya resolvieron tus problemas entonces usa esas soluciones.
Pirámide del aprendizaje de Edgar Dale
Para finalizar esta guía quiero presentarte la pirámide del aprendizaje de Edgar Dale, un famoso pedagogo estadounidense que nos dejó esta información, cuyo nombre original de hecho es el cono de la experiencia, aunque no es tan marketeable.

Como puedes observar, si escuchas, lees y ves retienes solo el 5, 10 y 20% respectivamente. En cambio, si ves y escuchas al mismo tiempo entonces se te puede quedar hasta un 30% de la información.
Esta es una generalización, por lo que dependiendo del contexto es muy probable que los valores exactos cambien; de hecho, hay investigaciones científicas que muestran distintos números, aunque todas ellas concuerdan en el orden.
¿Te estás preguntando para qué te sirve conocer la pirámide del aprendizaje?
La parte interesante es la que viene después, de decidir y discutir, hacer, y decir y hacer, es decir, tener conversaciones, practicar haciendo y enseñar a otros son actividades que te permitirán quedarte con más del 50% de la información.
En otras palabras, si quieres aprender rápido lo mejor que puedes hacer es poner en práctica lo que vayas aprendiendo.
Por nada del mundo te esperes a “ser un experto” para poder hablar sobre un determinado tema o para poner en práctica una determinada habilidad. No estás listo(a), eso lo sé, pero jamás lo estarás.
Esto lo he escuchado infinitas veces con infinitas variaciones:
- “Quién soy yo para hablarles de este tema.”
- “Qué van a pensar si no sé responder una pregunta.”
- “Necesito practicar más antes de hacerlo en público.”
- “Debo memorizarme los conceptos básicos primero.”
- “Tengo que prepararme aún más antes de participar.”
¿En serio? ¿Cómo vas a mejorar si no lo practicas? Sí, como ya te dije, vas a quedar a deber en un principio, no hay de otra, es parte del proceso, pero al hacerlo entonces estableces el punto de partida, y de ahí lo único que te queda por hacer es mejorar.
Si no pones en práctica lo aprendido te va a suceder que de tanto revisar información teórica, llegarás al punto en el que estarás más confundido que cuando empezaste a estudiar ese tema, o incluso sentirás que sabes menos que cuando empezaste.
No es algo que me haya inventado yo, se le llama la curva del olvido y fue propuesta por el psicólogo Hermann Ebbinghaus en el siglo XIX. Básicamente lo memorizado sobre un tema se olvida con el tiempo si no se refuerza con práctica.
Espero que esta guía te haya servido para reflexionar lo que implica el aprendizaje rápido. Hasta la próxima.

