La clave para mejorar tu comunicación profesional

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Para comunicar bien en público primero debes pensar mucho en privado.

Cuando comprendí esto mejoré mi comunicación de forma impresionante.

¿Recuerdas algún ponente que al escucharlo pensaste inmediatamente que esa persona debía tener un talento natural para hablar en público?

¿Qué fue lo que hizo que pensaras eso? ¿Quizá el dominio sobre su tema, o la manera de expresarse y capturar la atención de la audiencia?

Pues bien, lo que viste fue el resultado de una buena preparación.

(Y claro, la experiencia también suma mucho, no hay que olvidarla.)

Las mejores presentaciones que yo he hecho tuvieron una proporción de 4 a 1:

Por cada 1 hora de presentación necesité en promedio 4 horas de preparación.

Es decir, para impartir una presentación de media hora por lo menos requerí 2 horas de trabajo previo; si en cambio impartí una presentación de 2 horas necesité 8 horas de trabajo previo.

Es un promedio. Depende del tema, la audiencia, las prisas…

Y mis peores presentaciones siempre han cumplido un patrón:

– Les he dedicado menos tiempo del que sabía que requerían.

Te comento esto porque cuando hablo de “trabajo previo” no me refiero solamente a crear la presentación, es decir, diseñar las diapositivas, me refiero a pasar por un cierto proceso mental:

  1. Visualizar el resultado. ¿Qué es lo que quiero comunicar?
  2. Generar la primera estructura de temas y mensajes.
  3. Diseñar la presentación con base en lo anterior.
  4. Definir las posibles preguntas de la audiencia.
  5. Realizar ajustes a la estructura inicial.

Y este proceso implica pensar mucho.

Darle muchas vueltas a la cabeza.

Es necesario para hacerlo bien.

Te puse el ejemplo de comunicar cuando eres ponente, pero esto aplica para cualquier situación en la que tienes que comunicar:

– Cuando tratas de convencer a un cliente de que compre tu solución.

– Cuando debes reportar resultados en una reunión de trabajo.

– Cuando representas a tu empresa en un stand comercial.

– Cuando vas a participar en un webinar comercial.

Cuando tu comunicación fluye es porque ya sabes qué decir, cómo decirlo y a quién decírselo; quizá no lo sepas en su totalidad, pero tener una noción ayuda mucho.

Y no, no hay atajos para esto.

Tienes que dedicarle tiempo y energía mental.

“Oye Olmo… ¿Pero qué pasa si quiero improvisar? Ya sabes, dejar algo para el calor del momento, porque a mí estar bajo presión me hace ser muy creativo.”

No lo hagas.

Improvisar es para aquellos que dominan su tema desde la A hasta la Z.

Improvisar es una habilidad avanzada que requiere mucho trabajo previo.

Improvisar es a donde llegas cuando conjuntas ciertas habilidades clave.

Créeme, detrás de aquellas personas que parecen tener “un talento natural” para comunicar hay mucho trabajo.

Por supuesto, hay quienes tienen una tendencia a comunicar mejor, derivada de la mezcla de factores complejos (educación en la casa, enseñanza profesional, experiencias laborales, etc.).

Hay una frase que dice:

“Cuando abres la boca le muestras al mundo quién eres”.

Por lo tanto, te invito a que siempre pienses bien lo que quieres decir.

En una escala del 1 al 10… ¿Cómo autocalificarías tu comunicación profesional y por qué? Me interesa mucho escucharte.

Hasta la próxima. Olmo Axayacatl

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